Se termino una era. Ya no existe el «Ecuabrighton»

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La salida de Pervis Estupiñán al AC Milan no solo representa un nuevo reto para el lateral izquierdo ecuatoriano, sino que marca simbólicamente el fin de una de las etapas más emocionantes para el fútbol tricolor en Europa: la era del “Ecuabrighton”. Este término, que nació entre los hinchas y medios deportivos, definía al Brighton & Hove Albion como una especie de embajada futbolística ecuatoriana en la Premier League, gracias a la presencia y protagonismo de varios jugadores nacidos en Ecuador. Todo comenzó con la llegada de Moisés Caicedo en 2021, un joven mediocampista que llegaba desde Independiente del Valle y que, con paciencia y esfuerzo, terminó convirtiéndose en uno de los mejores volantes de la liga inglesa, hasta ser vendido por una cifra histórica al Chelsea. Su irrupción fue el punto de partida de un fenómeno que no solo despertó orgullo nacional, sino también atención internacional.

A Caicedo se le unieron otros compatriotas como Jeremy Sarmiento, Billy Arce (aunque sin debut oficial) y, sobre todo, Pervis Estupiñán, quien llegó procedente del Villarreal en 2022. El lateral zurdo no tardó en consolidarse como titular indiscutido, aportando seguridad defensiva, salida limpia y mucho recorrido. Brighton encontró en los jugadores ecuatorianos una mezcla de talento, entrega y proyección que encajaba perfectamente con su modelo deportivo: fichar jóvenes promesas, potenciarlas y luego venderlas por cifras millonarias. La temporada 2022/23 fue la cumbre del “Ecuabrighton”, con Caicedo y Estupiñán como piezas clave en la mejor campaña de la historia del club, que clasificó por primera vez a competiciones europeas. Sarmiento también tuvo sus momentos, aunque las lesiones limitaron su crecimiento. Durante ese tiempo, el Brighton se convirtió en el equipo más seguido por los ecuatorianos, incluso por encima de los grandes de Inglaterra.

Hoy, con Estupiñán rumbo a Italia, Caicedo ya consagrado en Chelsea y Sarmiento en Ipswich Town, el Brighton deja de tener jugadores ecuatorianos en su plantel por primera vez en casi cuatro años. Así se cierra un ciclo que marcó un antes y un después, no solo para el club, sino para el fútbol ecuatoriano, que demostró tener el nivel y la personalidad para competir en la élite mundial. El “Ecuabrighton” no fue una moda pasajera: fue un proyecto que dio frutos, visibilizó a una generación brillante y abrió puertas a futuros talentos tricolores. Aunque ya no flamee la bandera ecuatoriana en el American Express Stadium, el legado está escrito y difícilmente será olvidado: Brighton fue, durante un tiempo, tierra de oportunidades y orgullo nacional.

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